Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924 – San Sebastián, 2002)
Escultor y grabador conocido por sus obra en hierro y en hormigón, Eduardo Chillida se considera uno de los escultores más importantes del siglo XX.
Se muda a Madrid para empezar los estudios de arquitectura en la Universidad, pero los dejará muy pronto para dedicarse de forma exclusiva a la escultura y al dibujo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Su actividad artística empezará en torno al 1948, año en el que se traslada a París para buscar un entorno creativo diferente del que se vivía en la España franquista.
En aquella época utiliza sobre todo materiales como yeso y terracota para sus esculturas aunque no alcanzará los resultados esperados y volverá a España dos años más tarde para comenzar a trabajar el hierro en la fragua de Manuel Illarramendi. Este nuevo material de trabajo representará un cambio significativo en su trayectoria artística.
Es en 1951 que surge Ilarik, su primera escultura abstracta de hierro y madera. Chillida empieza por primera vez a trabajar nuevos materiales y nuevos conceptos como el espacio y la materia. En los años siguientes crea piezas como Elogio del aire, Rumor de límites o El peine del viento entre otras muy célebres.
En la década de los ’50 se afirma su reconocimiento internacional gracias a las diferentes exposiciones que realiza en Europa en ciudades como Madrid, París, Londres, Milán, y en EEUU en ciudades como Nueva York y Chicago. Además, participa en eventos artísticos reconocidos como la Bienal de Venecia donde gana el Gran Premio Internacional de Escultura en la edición de 1958.
En 1954 hará su primera exposición individual en la Galería Clan de Madrid y a finales de los años 50 empieza a experimentar con nuevos materiales como la madera y el acero y empieza a realizar los aguafuertes. En los años 60, tras realizar un viaje a Grecia, Chillida produce sus primeros alabastros y será a partir de los años 70 que empezará a utilizar hormigón para sus obras que serán, por lo general, encargos públicos. Será en los años 80 y 90 cuando añadirá el acero entre los materiales de sus creaciones.
La obra de Eduardo Chillida representa un legado de referencia en el mundo del arte. Durante su vida, el artista participó en importantes exposiciones alrededor de todo el mundo y se le otorgaron numerosos premios: recordamos el Premio de Escultura del Carnegie Institute de Pittsburg en 1964, la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes en Madrid de 1981 y el Premio Europäischer der Künste en Estrasburgo en 1983. También se nombra como Miembro Honorario de la Royal Academy of Arts de Londres y en 1984 recibe el Grand Prix des Arts et Letres de París. En 1987 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y en 1991 el Premio Imperial Japonés. En 2000 fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid.
Será en el año 1984 cuando el artista compra un caserío rodeado de grandes jardines en la localidad de Hernani que llegará a ser en el 2000 el centro Chillida-Leku (Casa de Chillida), un museo de divulgación de su obra que muy pronto representará una referencia en el mundo del arte.
¿Una curiosidad? A principios de los años 1940 Chillida fue portero de fútbol de la Real Sociedad de Fútbol, disputando 14 partidos.
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